Este fin de
semana no hemos parado. Ha sido un “finde campero” aprovechando el buen tiempo
y el sol de estos días hemos estado al 100% en nuestro huerto. Ya desde
noviembre de 2011 comenzamos a poner en funcionamiento nuestro huerto ecológico
(sin conservantes ni colorantes ;)). Las pekes se lo pasan genial sintiéndose
partícipes del crecimiento de todo lo que plantamos: fresas, habas, guisantes, zanahorias,
cebollas, calabazas, calabacines, etc.
Siempre mi
marido y yo habíamos tenido muchas ganas de poner en funcionamiento un huerto,
y donde mejor que informarnos que en internet, aquí pudimos conocer los mejores
periodos para sembrado, el tipo de siembra para cada planta, cantidad de agua y
sol, herramientas necesarias, tipo de regadío y un montón de sinfín de
preguntas que nos surgían sobre el tema.
Ya hoy después
de 3 años, nos consideramos un poquito, solamente un poquito expertos en el
tema de la agricultura ecológica de uso particular.
Llevar un
huerto es como una gran manualidad que te pone en contacto con la naturaleza en
toda su plenitud: la tierra, el sol, el agua, el desarrollo de una planta, las
flores, el fruto, etc. pero también con la lluvia y el viento ;). Y el ver como
mis hijas disfrutan viendo los cambios que experimentan las plantas y como salen los frutos no tiene precio. Ver
como usan sus herramientas pequeñitas y
como recolectan las fresas o se comen los guisantes crudos antes de ponerlos en
la cesta tampoco tiene precio. Es mágico!
Este fin de
semana hemos plantado tomates. Aquí algunas fotos de nuestro huerto.
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